En macrobiótica recomendamos una dieta fundamentalmente de origen vegetal y un pequeño aporte de proteína animal para así lograr una gran abundancia de energía y vitalidad, asegurando en nuestra energética y nuestra dieta el reino mineral, reino vegetal y reino animal.
Cada persona tiene que sentir cuál es su cantidad óptima. Los adolescentes, hombres y deportistas necesitan más proteína animal que los demás grupos de personas. Para las mujeres recomendamos una dieta prácticamente vegetariana con un poco de pescado.
Tenemos 32 piezas dentales y solamente 4 caninos, estos últimos preparados para desgarrar carne. Esto nos indica la proporción 1/8 entre el alimento vegetal y animal. Y debemos comer en esta proporción para armonizarnos con el Universo. Si comemos como carnívoros o sin aporte animal, nos encontraremos en dos extremos que rompen las leyes de nuestra fisiología y de nuestra adaptación al medio. En la macrobiótica clásica se recomienda de forma general un 95% de alimentos de origen vegetal y un 5% de origen animal. Como ves, el aporte es simbólico pero necesario.
En climas más fríos necesitamos comer algo más de alimento animal, pues su energía Yan nos calienta, contrae y refuerza. En cambio, en climas cálidos o meses calurosos, nos conviene nutrirnos con la energía Yin del vegetal para enfriarnos, dispersarnos y relajarnos.
Los alimentos animales siempre serán tomados con mucha gratitud y respeto, agradeciendo esa transformación de vida para crear en nosotros una realidad más compleja.
Cuando atravesemos algún cuadro gripal o enfermedad, nos conviene suspender totalmente la ingesta de alimento animal hasta que logremos reequilibrarnos.
El alimento animal es muy Yang y genera una tendencia más material, es una energía más densa, y configura una mente más práctica, materialista y enfocada en cuestiones mundanas y de supervivencia. Crea más deseo sexual, y una mente más inclinada a resolver los aspectos más superficiales de la vida. En cambio, el alimento vegetal bien cocinado como te enseñamos en este curso, crea más facilidad para conectar con el mundo sutil de la realidad y una facilidad mayor hacia la espiritualidad. Ambas energías son necesarias y deben estar en nosotros para lograr una buena armonía. Tenemos la libertad de elegir nuestra proporción entre un mundo sutil más Yin y el mundo más denso Yang, y así lograr nuestros objetivos vitales.
Como alimentos de origen animal recomendamos fundamentalmente pescado blanco salvaje en todas sus variantes.
De vez en cuando podemos contar con pescado azul, pero siempre en menor proporción que el blanco.
Para los niños y de vez en cuando también los adultos, podemos contar con un poco de queso de oveja o de cabra de excelente calidad, preferiblemente de origen orgánico para evitar restos de vacunas y antibióticos.
También podemos consumir algún huevo una vez por semana de buena calidad. No abusar de los huevos, pescado azul ni quesos densos, ya que son todos alimentos muy contractivos, muy Yang, que afectan a la parte baja del cuerpo, sobre todo a los órganos reproductores femeninos. Comerlos con moderación, en los porcentajes mencionados más arriba.
También podemos contar con mariscos y crustáceos. Las almejas son excelentes fuentes de vitamina B12, por ejemplo. Todo lo que venga del mar es mucho más equilibrado para nosotros que comer mamíferos o aves.
Por descontado, no te recomendamos embutidos o carnes rojas.
Ten en cuenta que el alimento animal es Yang, y cuanto más proporción consumas, más necesidad de alimento Yin vas a demandar. La proporción Yin/Yang suele ser de 1/7, es decir, que por cada bocado de alimento Yang, vas a tener deseos de 7 bocados Yin.
Por eso, una persona que come mucha carne siempre está ávida de alcohol, dulces y frutas para poder soportar tanto Yang.
Yin y Yang se atraen. Cuanto más fuerte o extremo es el Yang, más fuerte es nuestra atracción por la energía contraria.
Esto lo desarrollamos más en nuestro curso de formación macrobiótica.
Para tener una idea de menú semanal, como norma general, podrías consumir cada semana 2 porciones de pescado blanco, un huevo y un poco de mejillones. A la siguiente semana, podría ser una porción de pescado blanco y una de pescado azul, a la siguiente una de pescado blanco, un huevo y un poco de almejas.
Esto es solo una guía pero tú sigue tu instinto, siente, experimenta… eso es vivir y aprender. Un día de frío te va a apetecer más comer un pescado al horno o un huevo cocido que un día que hace mucho calor.
Siempre que comas alimento animal acompáñalo con abundantes verduras. Reduce la cantidad de cereal y aumenta las verduras, tanto crudas como cocinadas.
Recuerda que el alimento animal será siempre el alimento terciario del plato. Es decir, nunca «vamos a comer pescado», sino que siempre vamos a comer nuestro cereal (alimento principal), nuestra verdura (alimento secundario) y «acompañamos con algo de pescado» (alimento terciario. Con unos 80 gramos de pescado es suficiente.
Pero como te indicamos anteriormente, cada persona tiene su propias necesidades, edad y situación, y debe seguir su instinto.
Comentarios recientes