Ahora es el momento de elegir qué tipo de alimentos comprar, dónde comprarlos y con qué frecuencia. Estos detalles nos permitirán ahorrar tiempo, dinero y potenciar nuestra salud. Por tanto, es muy importante que dediques algo de tiempo a organizar estas cuestiones. Como siempre, la dificultad es solo inicial. Una vez que hayamos invertido tiempo en tomar estas decisiones y repitamos procedimientos, todo esto se irá haciendo más fácil y dinámico.
A lo largo de esta unidad voy a darte una serie de consejos que he aplicado a mi propia vida y que le funcionan a cientos de personas en todo el mundo.
Elige alimentos orgánicos
Siempre que sea posible, vamos a elegir alimentos orgánicos. En algunos país como España les llaman “ecológicos”, mientras que en otros países también son conocidos como “biológicos”. En cualquier caso, siempre intentaremos comprar alimentos orgánicos, es decir, que no hayan sido tratados con productos químicos industriales, tanto en el cultivo como en su almacenamiento o proceso de comercialización. Los alimentos orgánicos suelen ser más caros que los alimentos no orgánicos, pero realmente no lo son si uno tiene en cuenta otras variables. Por ejemplo, si tenemos en cuenta la gran cantidad de minerales que contienen las verduras orgánicas en relación a las convencionales, estaríamos comprando un alimento más rico, más completo y sin riesgos a llevar a nuestro plato productos químicos muy debilitantes para la salud. Ese extra de minerales y de calidad, como es lógico, tiene que tener un extra en el precio, pero realmente no son más caros desde este punto de vista. Pagamos más pero obtenemos más.
Lo bueno de la alimentación macrobiótica es que deja afuera de la cesta de compra muchos “alimentos” que son tóxicos, que no nutren y que además son muy caros, como helados, papas chips, procesados, congelados, alimentos refinados, etc. Además, si tenemos en cuenta que reduciremos la ingesta de carnes y evitaremos los lácteos y sus derivados, con una alimentación saludable conseguiremos hacer en nuestra economía familiar un gran ahorro de dinero para poder invertirlo en alimentos orgánicos de gran calidad. Incluso así, lograremos ahorrar. Compara el precio por kilo de papas fritas de bolsa y un kilo de brócoli orgánico. Te asombrarás de lo barato que es comer verduras y alimentos orgánicos.
El secreto de una buena salud es la acumulación de minerales, porque son estos los que alcalinizan el cuerpo y funcionan además como antenas de atracción de la energía vital (Qi). Cuanto más minerales tengamos en el cuerpo, mejor nos irá en la vida, tanto en la salud como en la calidad de las personas que se acerquen a nosotros. Somos lo que comemos y atraemos lo que somos.
¿Es más caro comer saludable?
Comer saludable como te proponemos nosotros es mucho más barato que comer como la mayoría de la gente hace en la actualidad. Al eliminar o reducir los alimentos refinados, procesados, enlatados, congelados, postres, dulces, lácteos, alcohol, tabaco, carnes rojas y embutidos, estamos reduciendo considerablemente el gasto en nuestra cesta de la compra. Este gran ahorro nos va a permitir invertir ese excedente en alimentos de gran calidad para convertirnos en personas de gran calidad. Vamos a poder comprar alimentos integrales, vivos, orgánicos, locales y de temporada. Mucha gente que comienza con mi asesoramiento nutricional se sorprende de que terminan gastando la misma cantidad o incluso menos dinero cada mes pero comprando todos los alimentos de origen orgánico y de máxima calidad y sabor. Solo es una cuestión de cambiar nuestras prioridades, nuestros hábitos y nuestro enfoque.
La comida más barata y saludable es la que cocinas tú. En los restaurantes siempre buscarán su beneficio económico y no podemos controlar la energía de las cocciones y de los cocineros. Aunque encuentres menús de poco dinero, siempre será más caro que en casa a largo plazo. Las enfermedades que aparecerán por comer afuera demandarán medicinas que no suelen ser baratas. Cocinar nuestros propios alimentos es muy barato, y en lugar de gastar dinero en comer afuera, podemos gastar lo mismo invirtiendo en alimentos de máxima calidad incluso comprando alimentos orgánicos y cocinándolos nosotros en casa. Nuestra casa es nuestro hospital, es el lugar donde creamos nuestra sangre y nuestra salud. Nunca lo olvides.
Lo mismo sucede con esos pequeños snacks y cafés que la gente suele consumir a diario: terminan por sumar grandes cantidades de dinero a final de mes. ¿Has sumado esos pequeños gastos a lo largo de todo un año? ¡Haz la cuenta y te sorprenderás! Parecen que apenas cuestan dinero porque son pequeñas sumas. Sin embargo, ese acto de «tomar algo» termina siendo un gran lastre para nuestra economía del hogar y, sobre todo, para nuestra salud. Parecen inofensivos porque los tomamos en pequeñas cantidades, pero terminan siendo muy debilitantes para nuestra fortaleza física. Te animo a que hagas la prueba y cada vez que compres uno de esos alimentos lo apuntes en el teléfono. A final de mes verás la gran cantidad de dinero que gastamos en alimentos procesados y que podríamos invertirla en mejorar la calidad de nuestra cesta. Te aseguro que podrás hacer un viaje con este ahorro anual.
Criterios a la hora de comprar
-Alimentos enteros, que no estén refinados
-Alimentos vivos, frescos tanto como puedas, que no vengan de fábricas sino del campo
-De temporada (frutas y verduras)
-Del clima en donde vives
-Alimentos orgánicos sin químicos ni fertilizantes artificiales
Cómo debe ser nuestro frigorífico
Ante todo, tenemos que llenar nuestro frigorífico de orden y limpieza. Esto es muy importante para saber con qué alimentos contamos para preparar nuestras obras de arte.
Además, nuestro frigorífico se va a convertir en un espacio dinámico y funcional. No vamos a acumular en él alimentos de larga duración que ocupen lugar y se desvitalicen con el paso del tiempo. Tenemos que evitar esos frigoríficos en donde se acumulan envases de alimentos procesados (mostaza, ketchup, etc) y alimentos que se van echando a perder. Nuestra filosofía consiste en utilizar lo menos posible el frigorífico y darle salida rápida a los alimentos. El objetivo es que los alimentos estén una semana como máximo allí dentro. En cuanto confeccionemos nuestra lista de la compra y aprendamos a comprar las cantidades adecuadas de verduras, lograrás cumplir con este dinamismo de forma natural. Y siempre intenta evitar el frigorífico en la medida de lo posible porque es una máquina eléctrica que, según la filosofía macrobiótica-energética, destroza la energía vital de los alimentos, paraliza su fuerza vital (chi, qi, prana)
Y recuerda que no vamos a usar el congelador nunca más porque queremos crear una gran salud y energía para nosotros y nuestra familia.
Compra responsable
Haz una compra responsable. Te recomiendo que busques una cooperativa de alimentos orgánicos cerca de tu casa. Suelen ser sistemas generosos con los agricultores locales y ecologistas que cuidan el medio ambiente, son responsables con los recursos naturales y generosos con la tierra que disfrutarán las futuras generaciones. Además, es un buen espacio para conocer gente más consciente y responsables del consumo.
Una compra inteligente
Consejos para ahorrar tiempo y dinero el día de la compra:
-Antes de ir a comprar tenemos que ver qué nos queda en casa, qué verduras necesitamos y para cuántos días vamos a hacer la compra. La idea es no gastar de más, que los alimentos no terminen por echarse a perder y tengamos que tirarlos, y que compremos todo lo que necesitamos para no tener que volver a ir de compras gastando más tiempo del normal.
-Vamos a ir a comprar con nuestra lista de la compra previamente confeccionada en nuestro teléfono.
-Compra una vez a la semana para ahorrar tiempo. No vayas cada día. Sin embargo, reserva algún día de la semana para una compra rápida y corta de alimentos que puedan faltar o que se hayan terminado antes de tiempo.
-No vamos a ir a pasear al supermercado ni a ver qué encontramos allí de rico. Hay muchas estrategias de márketing destinadas a que compres por impulso. Nosotros vamos a ir a comprar con una lista bien definida y completa porque sabemos de antemano lo que queremos, tenemos un criterio, y vamos a ir en busca solo de estos artículos. De esta manera, no entrarán en nuestra cesta alimentos innecesarios que suelen ser muy caros y muy tóxicos.Compra semanal para ahorrar tiempo
-Intenta comprar a granel aquellos alimentos de consumo frecuente, comprar en grandes cantidades para ahorrar dinero y reducir los envases para ser más respetuosos con el medioambiente.
-Mira el precio por kilo de los alimentos, no del envase.
-Tienes que encontrar un equilibrio entre el gasto de tiempo y el gasto de dinero. Busca los mejores precios para tu lista de la compra en diferentes establecimientos y separa los alimentos en grupos. Así comprarás un conjunto de alimentos en diferentes lugares. Sin embargo, tienes que tener en cuenta el factor tiempo: si ir a 4 lugares diferentes cada semana te va a llevar mucho tiempo, quizá te convenga ir a uno o dos establecimientos aunque los precios sean algo más caros para algunos productos. Pagas más pero gastas menos tiempo. Este equilibrio tienes que encontrarlo tú. Yo prefiero ir a uno o dos lugares y comprar todo en un solo día en el menor tiempo posible.
-Averigua en tu supermercado cuándo es el día en que abastecen de alimentos frescos para ir a comprar ese día. Cuanto más fresca es la verdura y la fruta, más vitalidad y energía conseguiremos de ella.
-Busca un día y una hora compatible con tu agenda pero que al mismo tiempo no haya demasiada gente. Conviene a veces madrugar o ir a última hora a comprar para evitar esas grandes colas para pagar o pasillos abarrotados de gente.
-Nunca vayas a comprar con hambre porque vas a sentir más tentación de comprar alimentos extremos. De forma instintiva, cuando tengas hambre vas a querer buscar azúcar rápida que te dé un «subidón» de energía, sucumbiendo a los carbohidratos simples y procesados como cruasanes, galletas, dulces, snacks refinados y otros alimentos que no estén en la lista. Tenemos que ir siempre con el estómago satisfecho y no salirnos de nuestra lista de la compra previamente planificada en casa con cordura y conciencia.
-No vamos a comprar ingredientes específicos para una sola receta porque nos llenamos de ingredientes en casa que luego no volveremos a usar, llenándose tu frigorífico de alimentos que se echarán a perder y tu alacena se irá colapsando de envases olvidados. Lo que te propongo es hacer el camino inverso: crear nuestras recetas en base a los alimentos locales y de temporada que disponemos en el mercado, y que incluirás en tu lista de la compra. Por tanto, planificaremos nuestras comidas en base a los alimentos que dispongamos. De esta manera también ahorrarás tiempo.
TAREA DE ESTA UNIDAD
-Ahora te toca a ti. Organiza en tu cabeza este listado de ideas y estas tareas. Piensa cómo te vas a organizar, cómo vas a lograrlo. Dedica tiempo suficiente en tu agenda semanal a trabajar en ello. ¡Agéndalo, que sea una prioridad en tu vida!
-Busca establecimientos en donde vendan alimentos orgánicos y comienza a buscar los mejores precios para los alimentos que nosotros incluiremos en nuestra lista de la compra.
–Toma conciencia sobre tu cesta de la compra actual: ¿cumple con estos criterios saludables? Busca seguir estos criterios en los establecimientos donde compres habitualmente. Empieza a hacer cambios. Recuerda que en los pequeños cambios está la clave del éxito.
–Busca en internet cooperativas de alimentos cercanas al lugar donde vives. Contacta con ellos, mira sus precios y experimenta una compra para ver las diferencias a tus compras en supermercados. Dedica un tiempo a investigar sobre este tema, es especialmente interesante y acercará a tu vida gente de gran valor.
–¿Cómo es tu frigorífico? Ten en cuenta estas instrucciones para organizar, limpiar y mantener el contenido de tu frigorífico de una forma saludable.
Te recomendamos que mires estos vídeos de mi canal de YouTube sobre la compra de alimentos con estrategias para comprar saludable, ahorrar tiempo y ahorrar dinero:
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